La realidad del fútbol santiagueño

La realidad es cruel y dura

La realidad es dura y duele a la vez, en una conjunción de equilibrio entre la realidad y el presente del fútbol nuestro de cada día. Anoche se terminó la ilusión para el seleccionado de la Liga Santiagueña de Fútbol. Nuestro seleccionado quedó eliminado sin pena ni gloria, bosquejando una vez más, la pura realidad de las divisiones formativas.

Nadie puede discutir el intenso trabajo del cuerpo técnico con profesionales en la materia como son Héctor Ayuch y Adrián Jiménez más el apoyo logístico de la mesa directiva de la Liga Santiagueña de Fútbol.

Pero tampoco con eso alcanza. Poco tiempo de laburo, improlijidades en algunos casos y “parches” por el otro son algunas de las razones del presente. Con los resultados puestos a la vista, con un empate con Belén de Catamarca y un 1-2 ante Salta, la historia se terminó para el equipo local de la peor manera.
Tampoco es para dramatizar del todo, pero sí para comenzar a bosquejar y trabajar con un proyecto a corto y mediano plazo con los equipos seleccionados de las divisiones inferiores de la Liga Santiagueña de Fútbol.

Del torneo se puede sumar muchas cosas en el haber, como la organización, estadios de primer nivel, estadía, alojamiento, comidas y servicios que muestran el profesionalismo, y la presencia de Gustavo Ceresa y del Profesor Gerardo Salorio dieron la eficacia y responsabilidad de un certamen de primer nivel, donde todo se apunta a un crecimiento de los mismo protagonistas y de las entidades intermedias, que avalan su acertada participación.

Pues bien, la realidad duele, es cruel y molesta mucha veces, pero Santiago del Estero llegó hasta donde debía llegar, teniendo como común denominador la realidad del fútbol de entre casa y de la falta de compromisos de los dirigentes.

No se puede creer que no haya jugadores en el Seleccionado provincial Sub-17 de clubes como Mitre, Güemes, Sportivo Loreto, Comercio y Estudiantes por citar algunos casos y otras entidades por el solo hecho de no estar de cuerdo con algunas situaciones desfavorables que pasa y se consume entre la Liga Santiagueña y algunos clubes.

Es hora de que los dirigentes se pongan los pantalones largos y que los papelones que muchas veces se refrescan dentro del recinto del Consejo Directivo no sea trasladado a los chicos, ya que ellos nada tiene que ver con la realidad del fútbol nuestro, pese a jugarlo cada fin de semana.

Es hora de cambios por todos lados, y que de una sola vez, los grandes no sigan perjudicando el futuro de los chicos, porque ellos, todavía tienen la frescura de pensar, divertirse y jugar y sobretodo soñar que el día de mañana pretenderán ser futbolistas y buenas personas a la vez.
Qué lastima, seguimos dejando pasar el tren.

Nota de opinión por René Paz – Fuente: ABC Deporte