Loreto - Fútbol en los barrios periféricos de la ciudad

Lalo Maradona apoya el proyecto deportivo de Artaza en Loreto

El hermano de Diego visitó loreto con el candidato a intendente, José Luis Artaza.

Los jóvenes de Quimil Bajada recibieron ayer una grata visita. Llegó en una camioneta, para jugar al fútbol. Era nada más y nada menos que Lalo Maradona, hermano de Diego Armando . Después, el foráneo se mezcló con los changos y, por fin, llegó la hora de jugar.
Rápidamente la pasión se despierta en el potrero, cuando Lalo se suma a uno de los equipos y, del otro, quien lo trajo: José Luis Artaza, candidato a intendente.
El fútbol se juega con un solo fin: el de experimentar la sensación que provocan los goles. Haga quien los haga, el festejo siempre es el mismo.
Termina el partido y el resultado es sólo una anécdota. En el acto, los teléfonos celulares graban videos y sacan fotos del hermano de Diego.
Después, todos se reúnen en torno a Lalo y a José Luis Artaza, quien expresa: “Yo sé que nunca nos imaginamos que podíamos compartir con Lalo Maradona una tarde maravillosa como ésta.
Pero estas cosas pueden ocurrir, si miramos al deporte como algo que nos integra y que nos une. Es la visión que tenemos junto a Lalo, que apoya este programa con el que pretendemos integrar a todos los jóvenes loretanos”.
Cuando Artaza finalizó, siguió Maradona, para sostener: “Esto es algo que no se puede explicar. Sólo el que conoce el potrero y vivió esa experiencia, entiende de qué se trata. Estos lugares que recorrimos hoy tienen la esencia que caracteriza a todos los potreros del país. Y eso hace que uno lo disfrute”.
De Quimil Bajada, la caravana se trasladó hasta el barrio Lagunilla, otra geografía de la periferia urbana loretana, pero el futbol con su magia volvió a generar las mismas sensaciones.
Allí un joven se acerca a Lalo y con mucha familiaridad le pregunta: “¿Qué opinas de la lista de los 23 del Diego?”. Maradona se sonríe y dice: “No la conozco. La dieron cuando venía viajando.
Pero creo que no hay muchas sorpresas”.
Los diálogos terminan y Lalo se calza de nuevo la camiseta. Sale a la cancha con la misma pasión de hace rato. Como fuera un mundial, alienta a sus compañeros, se muestra, pide pases y disfruta mucho del momento.
Al promediar el encuentro lo invita a Artaza a cambiar de camisetas y la ceremonia se realiza en medio de los aplausos de los presentes.
Ya las luces de la tarde comienzan a perderse en el horizonte y los changos del Polígono Sur no quieren dejar de hacer goles, pero el día se termina, y el entusiasmo no decae. “Esta gente es maravillosa, tienen una humildad tremenda. Estás unos pocos minutos con ellos y te hacen sentir como si te conocieran de toda la vida. No te discriminan. Te hacen sentir muy cómodo”, aseguró Maradona.


Fuente: Diario El Liberal