Sarmiento - Gregorio González sueña con el ascenso al Argentino B

Lo merece mas que nadie

El “Mono” siente como pocos la camiseta del Profe. Se crió en el club e hizo casi toda su carrera ahí. Con 30 años, corre como si tuviera 20 y es el as en la manga que tiene Kalujerovich. Una entrevista imperdible con el delantero bandeño.

Gregorio González y Sarmiento tenían su destino escrito. Con apenas una cuadra de distancia entre su casa y el club, era inevitable para el “Mono” convertirse en jugador de fútbol, y del Profe. De chico aprendió a querer esa camiseta que tantas veces defendió y que hoy, a los 30 años, viste con enorme orgullo. Siempre desparramando su enorme talento dentro del campo de juego. Porque esa es su mejor arma para defenderla.
Cuesta encontrar jugadores tan identificados con un club como González con Sarmiento. El amor que el “mono” siente por esa camiseta es tan grande como el que los hinchas sienten por él. Por eso ya se ganó el sitial de ídolo del club, reservado sólo para los privilegiados. Y también por eso el delantero vive de una manera especial la previa a la gran final ante Atlético Paraná, donde los bandeños buscarán el ascenso al Argentino B. Ese el sueño que mantiene en vilo a Gregorio, quién ayer recibió a El Liberal en el patio de su casa, la cancha del Profe.

¿Qué cosas se te pasaron por la cabeza cuando te fuiste a dormir el domingo a la noche? Me despertaba a cada rato. Uno piensa muchas cosas que estamos pasando que son lindas y otras que a uno no le gustan como fue la pérdida de una persona (Julio Benac) que afectó mucho al grupo. Por eso el viernes nos mentalizamos en ganar y darle una alegría a un gran tipo que se nos fue y también darle una alegría a la gente. Eran dos sensaciones muy raras después del partido.

¿Qué imágenes volviste a ver al apoyar la cabeza en la almohada?
Muchas, todas recordando a un amigo. El día que me avisan que había fallecido, yo había estado conversando con él una hora antes. Pensé mucho en eso porque fue muy fuerte. Era una gran persona que ya estaba armando un viaje porque pensaba que íbamos a jugar la final.

¿Qué significa Sarmiento para vos?
Mi segunda casa porque hice todas las inferiores y vivo cerca del club. Significa muchas cosas porque me formó como jugador y persona. Conseguí cosas gracias a ser jugador de Sarmiento

¿Qué recuerdos tienes de tus primeros pasos en el club?
Era muy diferente, prácticamente no había nada aquí. Yo venía a entrenar y a jugar los partidos pero al no estar bien institucionalmente no había indumentaria para jugar. No tenía ni botines hasta que un día mi viejo me regaló unos cuando estaba en Octava. Esa fue una alegría inmensa. Seguí jugando en las inferiores, después pasé a Primera y hoy en día estoy muy contento de ser jugador de Sarmiento.

Cuándo debutaste en Primera, ¿pensabas que podías hacer una carrera como la que estás haciendo?
Sí porque sabía las condiciones que tenía y que podía jugar. En esa época había muchos jugadores y de gran jerarquía. Yo me incorporo a la Quinta división y el técnico me convoca para Primera y en ese momento le dije que no estaba para jugar, que todavía era chico pero él me dio la confianza y así empecé. Fue un partido contra Mitre que empatamos 0 a 0 en nuestra cancha. Tenía 17 años.

El hincha de Sarmiento nunca te puteó en una cancha, son muy pocos los que logran eso.
Eso es porque la gente reconoce que uno entra a la cancha y deja todo. A mí no me gusta perder ni en las prácticas. Cuando entro a jugar quiero ganar, por ahí quizás no esté bien con la pelota pero siempre dejo todo para el bien del equipo y todo eso reconoce la gente.

¿Y que te genera a vos ese reconocimiento?
Una gran alegría. Es impresionante que los chicos me vean en la calle y me saludan y pregunten de Sarmiento. Y en los partidos cuando la gente me ovaciona y corea mi nombre, se me pone la piel de gallina.

Viendo como está el club hoy, ¿se puede decir que vos creciste a la par de él?
Puede ser. El club cambió rotundamente del 2005 para adelante. Pasaron presidentes como Simón, García y ahora Rodríguez que propulsaron ese cambio. Hoy en día veo entrenar a los chicos y me da envidia porque cuando yo era chico no tenía las comodidades que ellos tienen ahora. Ojala las sepan aprovechar.

¿Cómo se hace para correr los 90 minutos a los 30 años?
Desde que empecé a jugar me considero un profesional y trato de cuidarme en todo sentido. He aprendido recién en grande que me tengo que cuidar en las comidas y en muchas otras cosas, pero siempre me caractericé por ser un profesional. Llevar una vida adecuada y entrenarse te lleva a hacer bien las cosas dentro de la cancha y rendir al equipo.

¿Hasta cuando crees que vas a jugar?
Creo que tengo varios años para jugar. Cuando yo vea que ya no pueda y no le rinda al equipo dejaré de jugar. Pero tengo para rato todavía

¿Y ese rato será en Sarmiento?
No tengo dudas de eso, pero el deseo más grande que tengo yo es que logremos el ascenso y le demos una alegría a todo el pueblo sarmientista.


Fuente: Diario El Liberal