Central Córdoba - Luis Toscano, DT del puntero del Anual

''Me siento triste''

Luis Reginaldo Toscano, DT del equipo liguista de Central Córdoba, único puntero y a punto de coronarse campeón, se recupera de su lesión en uno de sus ojos tras la cobarde agresión sufrida en la cancha de Central Argentino de La Banda.

Abatido, triste, preocupado, impotente. Con todas esas sensaciones, pudimos dialogar con el entrenador de Central Córdoba, en el torneo local, Luis Reginaldo Toscano porque su recuperación de la agresión sufrida en cancha de Central Argentino crea incertidumbre.
Además, también se siente resentido porque no recibió ni un llamado ni mucho menos un mensaje de textos del titular de la Liga Santiagueña, Ariel Pettinichi, ni tampoco del vice, Remigio Orellana.
También se acordó del profesor Martín Acuña, secretario general de la Asociación de Técnicos de nuestra ciudad. “Ninguno tuvo la gentileza de interesarse en mi situación.
Me duele mucho más porque los considero mis amigos”, indicó en un diálogo extenso luego de conocerse que los estudios que le realizaron resultaron con complicaciones importantes, aunque la situación -por el momento- está controlada por los facultativos que atienden al DT “Ferroviario”. Mantuvimos un extenso diálogo con el entrenador.

-¿Cómo esta la lesión sufrida en el ojo?
-De a poco me voy recuperando. Según los médicos que me atienden (Dr. Prados), la úlcera que se me produjo luego del golpe que recibí por la pedrada, se está achicando, pero aún el futuro es incierto porque en estos casos, a veces aparecen otras lesiones. Ojalá que no, pero es lo que me explicaron los médicos. El jueves me harán una ecografía. Tengo que seguir haciendo reposo.

-Se lo nota triste y abatido...
-Me siento triste, porque esta situación me enseñó a conocer a la gente. Hubo muchos llamados de personas que no comparten mi ideología futbolística, llamese entrenadores, jugadores, hinchas, que se interesaron por mi salud porque esto va más allá de lo futbolístico. La dirigencia de Central Córdoba y socios me ayudaron mucho durante este tiempo. No hay palabras de agradecimiento hacia ellos. También mis colaboradores en el cuerpo técnico del club. Pero lo que más me extrañó fue la “ausencia” del presidente de la Liga y del vice, que compartimos muchos momentos. No tuvieron la virtud de levantar el tubo para preguntar por mi estado de salud. También de Martín Acuña, el titular de ATFA, una entidad a la que estuve ligado. Pero ya está, esto me enseña a conocer mejor a las personas.

-¿Usted cree que se sienten tocados por estos hechos de violencia que se suscitan en las canchas de fútbol?
-Me dijeron que le haga juicio a la Liga Santiagueña, pero no soy de hacer este tipo de cosas. Me extrañó mucho que habiliten la cancha de Central Argentino porque había muchos escombros y piedras debido a las remodelaciones que están realizando. Creo que la culpa no es de la Liga sino de Calidad de Vida y de la Policía, porque ellos tienen la facultad de observar cada estadio. Aquel día, cuando ingresamos al vestuario, se escuchaban en un lugar lindante, a obreros trabajando con amoladoras. Les dije a mis colaboradores que no se podía jugar en esas condiciones, inclusive, cuando el linesman fue agredido con una piedra (en pleno partido) antes de que me pasara a mí lo mismo, la Policía no debió dar las garantías del partido, sin embargo hizo lo contrario.

-¿Qué conclusiones saca de todo esto?
-Que muchas veces, -aun sin saber el futuro de mi ojo-, que hay personas humanamente muy buenas y otras, a las cuales yo les tenía mucho aprecio, no.

-¿La violencia en el fútbol sobrepasa los límites?
-Indudablemente que sí. La Liga Santiagueña luchó siempre contra la violencia, pero no la pudo superar, entonces en algo se está fallando. Hay que recomponer todo y ver la forma de erradicar la violencia en el fútbol. Pasó con Walter Toloza (DT de Comercio) en Loreto, de un jugador de Sarmiento en cancha de Güemes y que volvió a jugar luego de ser suspendido y ahora esto a mí. Hay que hacer una “mea culpa” para volver a empezar la lucha contra la violencia.

-¿Penso en dejar todo?
-La verdad que sí, porque cuando sufrí esta agresión mi familia pasó un mal momento. Aquella tarde, cuando volví a mi casa me atendió mi hija Anabel porque en esos momentos mi esposa estaba de viaje. Fueron momentos duros. No puede ser que al salir de mi casa, ellos tengan esa incertidumbre de que salgo bien, sin saber si volveré de la misma forma. No podés arriesgar tu vida en una cancha de fútbol. Eso es algo insólito y que debería replantearse rápidamente.


Fuente: Nuevo Diario