Central Córdoba - Lo que dejó el choque ante Antoniana

Ganas sobran, falta ensamble

Central intentó siempre, pero tuvo sus puntos flacos ante un rival difícil.

Si bien es cierto que el empate ante el líder de la zona 3 no es mal resultado, aunque no deja de preocupar a propios y extraños.
Esa fue la sensación que quedó en el Oeste, luego del 0 a 0 de Central Córdoba ante Juventud Antoniana en la fría noche del viernes.
Es que el funcionamiento del equipo dista (y mucho) de aquel que venía de ganarle a Gimnasia en Entre Ríos. No en actitud. Sí en otras cuestiones.
En primer lugar, el trabajo colectivo fue desordenado aunque sin salir del libreto que caracteriza al “ferro” en coraje y entrega.
Hubo dudas y desacoples en defensa. En este punto, hay que aclarar que Yocca y Carbajal, los carrileros en el sistema de 3-4-1-2 que dispuso Agüero estuvieron bien con el balón en ataque, pero distantes en defensa dejando a la “buena de Dios” a Cáceres y Torrico que se las tuvieron que arreglar con los cruces.
En ese sentido, el “ferro” fue un equipo cuando atacaba y otro cuando defendía. Cuando tenía el balón a los pies, intentó siempre romper el cerrojo defensivo de los salteños, muchas veces con ideas poco claras, pero siempre convencido de que era el camino a continuar si pretendía algún acierto en el arco rival.
Sin embargo, a la hora de retroceder, el equipo estaba quebrado. Yocca y Carbajal se quedaban en el campo contrario, volviendo tarde a cerrar los espacios por sus sectores. En el medio campo, Diego Suárez desdobló su trabajo porque Acosta ni marcó ni creó, pareció perdido. Esto se evidenciaba cuando tomaban el balón Hechalar o García para asistir al lungo Ermini y no había quién cierre los circuitos de juego del conjunto “cruzado”.
Es cierto también que el equipo “ferroviario” nunca renunció a la postura de ser el único protagonista del juego, pero se encontró con un rival inteligente, que abrió la cancha y sin desesperarse esperó el momento para atacar a través de la contra, bien vulneradas por el seguro Ariel Trejo. Atacó como pudo, cuando pudo y mientras las ideas lo permitían y para colmo de males, el entrenador decidió el reemplazo de Ricardo Argañaraz, quizás el conductor que se esperó por mucho tiempo. “Estaba cansado”, fue la justificación del “Negro”. Pero sin dudas conspiró a las chances de ganar porque con el ingreso de un inexpresivo Luciano Vázquez, el equipo ganó en presencia en la última línea de la defensa de Antoniana, pero perdió el control del balón en la mitad de la cancha. Lo intentó por momentos Suárez, en otros García Chamut por derecha y en los últimos minutos, el jujeño José Albarracín, pero sin dudas la historia parecía sentenciada porque las ideas se fueron minando con el consumo de los minutos, además de la desesperación de un equipo que debería bajar los decibeles cuando juega de local, frenar la ansiedad para intentar a festejar ante su público.
No dudamos que eso ocurrirá porque Central Córdoba cuenta con un buen plantel de jugadores y, sin dudas, el fuego sagrado está pronto a salir a escena.


Fuente: Nuevo Diario